Abrir el corazón
Cuando conocemos a alguien y comenzamos una relación es algo maravilloso. De repente tenemos a alguien a nuestro lado, una persona que es muy especial con el que nos divertimos que nos cuida, nos ve guapos, con el que sentimos una conexión muy fuerte y con que podemos tener proyectos de futuro. La vida parece que nos sonríe y es así.
Y es que la pareja tiene la capacidad de ser la llave que abre nuestro corazón. Y si tienes suerte, con el tiempo, querrás abrir esa puerta a la persona que tienes delante.
Abrir el corazón significa dejar entrar un poquito más adentro a esa persona, que traspase tu coraza, el personaje con el que normalmente te mueves y del que le has mostrado tu mejor versión en este tiempo que lleváis conociéndoos. Empiezan a caerse las máscaras.
Abrir tu corazón significa empezar a mostrar ese espacio íntimo y vulnerable.
Es un momento crítico en una pareja, pues de lo que suceda en ese momento y cómo lo gestionen ambas personas, definirá su futuro.
Puede suceder, que te resistas a abrir el corazón, normalmente motivado por el miedo: miedo a que te hagan daño, a que te abandonen, a no ser suficiente, a que te controlen, te juzguen, te invadan… en este caso seguirás con el corazón cerrado y pueda ser el comienzo del fin de la relación. Quizá continuéis juntos más tiempo, pero la relación estará siempre teñida por la superficialidad, os seguiréis moviendo desde la coraza y aunque podáis seguir haciendo cosas, divirtiéndoos, habrá un sentimiento de que falta algo. Es fácil que la relación acabe agotándose.
Puede también suceder que tengas la valentía de abrir el corazón y empezar a mostrarte sin máscaras frente a tu pareja, dejarle traspasar tu coraza. En ese momento probablemente te encuentres que dejas de sentir solo sensaciones agradable, que hay cosas que empiezan a dolerte, te invade de repente un sentimiento de miedo a que la otra persona se vaya, te duele mucho que la otra persona no te preste toda la atención que necesitas, no te escuche, quizá sientes menosprecio, o te sientes censurado, puede suceder también que te sientes muy invadido y demandado… intentas que no sea así, pero no puedes hacer nada por evitarlo.
Si llegas a vivir este momento: ¡enhorabuena! pues significa que no tienes el corazón cerrado y que de alguna manera, has abierto un espacio de intimidad real, con otra persona.
Ahora bien, ¿ qué puedes hacer todo esto que te está pasando y que no te hace sentir bien?
En ese momento, podemos hacer tres cosas:
Podemos empezar a exigir a la otra persona que se haga cargo de lo que me está sucediendo. Se pondrán entonces en marcha mecanismos (muy ingeniosos) de manipulación, empezamos a castigar silenciosamente al que tenemos al lado, también podemos echar la culpa de lo que nos pasa, nos enfadamos porque se comporta como queremos, le manipulamos para conseguir su atención, le presionamos, o quizá empezamos a complacer haciendo todo lo que nos pide con tal de que no se vaya, minimizamos lo que pasa fingiendo que todo está bien cuando en realidad nos sentimos heridos y enfadado, nos reprimimos , nos acorzamos etc. Todas estas reacciones, en lugar de acercarnos a la otra persona realmente nos están alejando y cada vez nos sentimos peor y hacemos más daño al que tenemos al lado.
También puedes escaparte, poner fin a la relación. En ese caso, dejarás de sentirte mal, pero será temporalmente, pues es fácil que la situación vuelva a repetirse con las siguientes parejas cuando llegues al mismo punto.
Pero también, podemos pararnos y ver qué me está sucediendo, qué sentimientos se me activan en esta relación de pareja y así poder ver qué tengo yo en esa zona tan vulnerable de mi interior, mis sentimientos, mis inseguridades, mis carencias y dificultades que no tienen que ver con quien tengo enfrente y hacerme cargo de ello.
La psicoterapia puede ayudarte a explorar tu mundo emocional y vulnerabilidad en un espacio seguro y cuidadoso. Conocer los miedos y bloqueos que te impiden llegar a abrir el corazón, conocer más sobre el origen de los sentimientos de dolor y malestar que se abren en la intimidad y aprender cómo puedes hacerte cargo de ellos para de esta manera poder abrir tu corazón a ser compartirlo con otra persona.